jueves, 28 de marzo de 2013

He decidido, no decidir



A veces pasamos el tiempo tomando decisiones que consideramos importante y otras que no lo son tantos, cuantas veces sucede que nos impelen a tomar una decisión acerca de algo que simplemente nos cuesta mucha decidir. Me he dado cuente que para poder moverse las decisiones son importantes, pero que quizás el moverse esta sobrevalorado. Es nuestra decisión de vida si nos movemos o no, por lo tanto ante cualquier eventualidad hay que agregar a las opciones habituales, la opción de NO DECIDIR. No me malinterpreten, no digo que nos hagamos los locos y le demos vuelta sin decidir, hablo de la posición activa de no tomar una decisión con respecto a una situación  en particular. Ocasiones esto puede significar atenerse a lo que otro decida, pero en ese caso, se toma la decisión de no decidir, con el pleno conocimiento y causa de que la decisión la tomara un tercero, y que por lo tanto debo asumir con responsabilidad que me atengo a esa consecuencia. La palabra clave es como leí una vez en el libro Como Suprimir las Preocupaciones de Dale Carniege, que importancia tendrá dentro de 10 años, si lo que hay que decidir es irrelevante en ese contexto, pues no tienen ninguna premura, e incluso si es importante pero puedo hacer una pausa de espera, también puedo no decidir un tiempo para solucionarlo mas adelante.
Foto tomada con un  microscopio Carson para computadora, del ojo de Simon Bolivar en un billete de Bs 100